Es el momento de desmontar la cabeza. Si algo me imponía cierto respeto, era este momento. Por dos razones: la primera porque nunca había hecho algo parecido y la otra: no tenía ni idea de electricidad, y aquí había "mucha". Como comprobe más tarde, mis miedos no estaban fundados y los problemas iban a ser otros.
Desmonté el faro. Cuatro cables.
Desmonte los conmutadores, tropecientos cables. Fotos desde todos los ángulos.
Desmontar la bocina. Cuatro tornillos con cuatro presillas por el interior.
Desmontar piloto. Más sencillo: 3 cables.
Y llegamos, esa noche a este punto. Mañana... o pasado, más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario